Septiembre 2019

El Noticiero de la Salud con

ERICK ESTRADA 23 de Septiembre del 2019

LAS DIFERENCIAS ENTRE LA LECHE HUMANA Y LA LECHE DE VACA.
Erick Estrada Lugo Durante miles de años de tradición, las poblaciones humanas asumieron que la leche de vaca es un alimento básico para los humanos; nunca cuestionaron si era saludable o no consumir la leche de vaca; en los inicios de la agricultura y la ganadería, y una vez que el ser humano aprendió a fabricar fuego todos los días; inició el consumo de alimentos de origen animal e introdujo alimentos vegetales que nunca antes había consumido; como los cereales y las leguminosas, dando inicio, hace unos 10 mil años, el modelo omnívoro, además, con grandes cantidades de carbohidratos, ricos en azúcares y proteínas. En la naturaleza ninguna especie de los mamíferos, continúa consumiendo leche después de la lactancia materna; a excepción de una: la especie humana; la cual, toma leche o sus derivados toda la vida, a pesar de no ser leche humana. Una mamá vaca pesa 500 kilos en la edad adulta y una mamá humana pesa 65 kilos; una relación de peso 12/88 a favor de la vaca; son bastante diferentes y por lo tanto sus leches también: Un cuarto de litro, 250 mililitros de leche humana aportan 182 kilocalorías, en comparación con las 69 que aporta la leche de vaca; una relación de 73/27 a favor de la leche humana; un bebé humano requiere casi tres veces más calorías que un becerro, debido a que el desarrollo de la masa cerebral, requiere mayores cantidadesde grasas y azúcares, mucho mayor en los humanos que en los becerros. Las mayores cantidades de calorías en la leche humana la aportan las grasas; tanto las saturadas (sin enlaces dobles), las monoinsaturadas (sólo un doble enlace), así como las poliinsaturadas (varios dobles enlaces): los requerimientos de grasa saturada es casi por igual, a pesar de la diferencia en el peso; una relación de 52 a 48 a favor de la humana; pero, las grasas insaturadas son requeridas en una relación de dos a uno (68 a 32), a favor de la leche humana también. El desarrollo cerebral de los humanos requiere grasa saturada, pero sólo fabricada por la misma especie, por la mamá humana; por ello es tan dañino para la salud humana el consumo de grasas saturadas de otras especies; como las de la grasa del cerdo, las de la leche de vaca y las del huevo de las aves como los de la gallina. Los carbohidratos como la glucosa, fructosa y la galactosa también se encuentran en mayor cantidad en la leche humana, con una relación de 60 a 40, en comparación con la leche de vaca; vale la pena recordar, que de los 23 azúcares que hay en la naturaleza, sólo se absorben estos tres al torrente circulatorio de los humanos. En las proteínas encontramos una mayor proporción en la leche de vaca que la humana, con una relación de tres a uno, con una relación de 25 a 75 a favor de la vaca; pues no hay comparación en los requerimientos de proteína para fabricar la masa muscular, mucho mayor en el becerro; sobre todo si consideramos que en la edad adulta una vaca pesa 500 kilos y una mamá humana 65. Tanto la vaca como mamá humana fabrican todo el colesterol que requieren todos los días; pero, el hígado de los bebés de ambas especies requiere algunos meses de maduración antes de comenzarlo a producir; pues una de las características de las especies herbívoras como la vaca y la humana consiste en producir todo el colesterol, en el hígado y los humanos inician su fabricación a partir de los seis meses de vida; por ésa razón, la lactancia mínima en los humanos es de 6 meses y de preferencia hasta los dos años; y por ello ambas mamás le pasan el colesterol a sus bebés los primeros meses de vida; es de esperarse una mayor cantidad en la leche humana por las necesidades en la masa cerebral y todo el sistema nervioso central, con 36 miligramos, en comparación con los 26 que requiere el becerro; una relación de 58 a 42 a favor de la leche humana. Los minerales para la formación de los huesos, el calcio y el fósforo, como es de esperarse, hay un predominio notable a favor de la leche de vaca de 22/78 en calcio (83/291 mg) y de 13/87 en fósforo (36/235); pues requiere huesos que soporten 500 kilos de peso. En los demás minerales y en la mayoría de las vitaminas, no se observa un predominio marcado. Definitivamente son muy diferentes las leches de vaca y la humana; aunque las intolerancias que se observan en los niños, tiene más que ver con las sustancias relacionadas con el sistema inmunológico; sobre todo por la gran cantidad de respuestas alérgicas, las cuales se manifiestan por la presencia frecuente de flemas en el sistema respiratorio; razón por la cual, es la primera prohibición que se hace para la dieta de los niños que padecen asma; además, por los excedentes de calcio, es muy frecuente observar la formación de placas en el sistema circulatorio, con una asociación del calcio con las grasas, conocida como arterioesclerosis, la cual afecta al 80% de la población, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Salud Pública de la Secretaría de Salud. También es muy frecuente observar la formación de cálculos biliares y renales en las personas que consumen todos los días la leche de vaca o alguno de sus derivados como la crema, mantequilla y sobre todo los quesos. Por todas las razones expuestas, los lácteos están en la zona amarilla, riesgosa para la salud, en la pirámide de los alimentos del Instituto Nacional de la Nutrición; y sus grasas, crema y mantequilla, se ubican en la zona roja de alta peligrosidad; es importante recordar que desde el 2006, quedó prohibida la leche en todas las escuelas de Inglaterra. En el tomo 7 de La Guía Médica del cáncer, página 13, editada por el Instituto Nacional de Cancerología, el 26 de octubre del 2015, dice que el consumo frecuente de los lácteos se asocia con el cáncer de próstata en los hombres y el cáncer de ovario en las mujeres. Es por ello que se excluyen todos los alimentos de origen animal de la Pirámide de los alimentos para recuperar la salud que proponemos en elLibro EL MODELO HERBÍVORO: EL NUEVO MODELO ALIMENTICIO DE Homo sapiens, para la población humana.